Crónica
AQUEL DOMINGO AZUL
Ecuador despertaba con un sol
brillante y un cielo despejado, la algarabía se apoderaba de los ecuatorianos,
solo había una razón que podía causar tanta conmoción. Quedaban pocos días para
finalizar el año y el fútbol se respiraba en todas las esquinas del país
entero. Los hinchas esperaban con ansias este día, los dos equipos más grandes
se iban a enfrentar, Emelec vs Barcelona; solo uno levantaría la copa, solo uno
se coronaría como el Campeón Nacional.
Aquel soleado domingo 21 de diciembre
de 2014, desde muy temprano las calles empezaban a tomar color, amarillo y
azul; se respiraba alegría y los hinchas aficionados tenían sed de victoria;
las casas extendían sus banderas. El afortunado de recibir este encuentro era
el glorioso estadio George Capwell, en sus alrededores iniciaba el movimiento,
poco a poco las largas filas en la entrada tomaban forma; las horas pasaban
rápidamente y el momento se acercaba.
Ya pasado el mediodía se podía
apreciar afuera de las casa, los televisores donde aquellos que se quedaron sin
entrada iban a disfrutar del partido en compañía de amigos y familia.

Los jugadores regresaban a la cancha
y se daba inicio al segundo tiempo, el definitivo. Los hinchas entusiasmados observaban
el cotejo. Iniciaban las sorpresas, “los millonarios” regresaron con todo, los
aficionados amarillos empezaban a preocuparse, y con justa razón, al minuto 80´,
con un centro de Mena, Miller Bolaños ponía el segundo gol con un gran remate que
envió el balón al fondo de las redes encendiendo las gradas del estadio, la alegría
se alargó pues pocos minutos después la dupla Mena – Bolaños regresaba con
intensidad para anotar la tercera al minuto 86´ terminando con las esperanzas
de los hinchas amarillos.
El pitazo final solo confirmó lo
que todos esperaban, “El Bombillo” se coronaba como el nuevo Campeón de la Copa Pilsener 2014 y entre gritos, cánticos y lágrimas de alegría festejaban los
jugadores y los hinchas dentro del estadio al dar la vuelta olímpica con la
Copa que reflejaba el gran trabajo que sembraron durante todo el año, con altos
y bajos, pero siempre con ganas y poniendo su mayor esfuerzo.
La fiesta azul no solo se vivía
dentro del estadio donde se dio el partido, si no que se había trasladado a las
calles de todo el país donde miles de hinchas eléctricos festejaban este
triunfo, que dejó con un mal sabor al equipo canario pero que alborotó de
alegría a muchos corazones azules que hasta ahora recuerdan aquel día, con
dicha, gratitud y sentimiento.
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