Editorial
Las
declaraciones del alcalde de Loja han causado revuelo en las redes sociales, la
estrategia que se planea ejecutar para acabar con el conflicto del alarmante
incremento de los animales callejeros en Loja ha causado que miles de
ecuatorianos ataquen la ética, la moral e incluso la salud mental del
burgomaestre de la ciudad.
“Tenemos
que desaparecer esos animales… si esa carne puede ser aprovechada en buena hora
sino tendrá que servir para producir abono…” son las palabras textuales que dijo
el alcalde a un medio de comunicación donde daba una entrevista.
Activistas
y defensores de los animales se manifestaron con fuertes críticas, por la indignación que sienten de no poder ayudar y de saber que
lamentablemente “el poder está en manos de personas sin corazón”; no sorprende
que incluso hayan marchas organizadas por estos grupos de personas que intentan
luchar para que se cumplan los derechos de ltodos los seres vivos; pero los defensores de
los animales son un grupo pequeño en este pais, entonces, ¿los miles de miles
de personas que se manifestaron que son?
Un
viejo refrán dice que “el perro es el mejor amigo del hombre y quien no ha
tenido uno no conoce el amor más sincero”; ¿será que el pueblo ecuatoriano se
dejó llevar por la novelería del momento? o ¿de verdad aman y defienden tanto a
los animales como dicen?.
Si
la mitad de las personas que opinaron sobre el tema adoptaran solo un animalito
callejero o si donaran tan solo $1 se recaudaría mucho dinero que puede servir,
incluso, para crear un albergue; pero, sabemos que cuando al ecuatoriano se le
toca el bolsillo, salta y reclama hasta que el wifi se le acaba. La parcialidad que ostentan las personas sobre los problemas de su entorno es muy clara, todos son capaces de hablar y reclamar
pero nadie es capaz de hacer algo para cambiar la situación.